Después de una semana de haber
vivido esa inolvidable experiencia que
ha sido la segunda edición de la Ultramarathon de la vida seguía sin encontrar
formato ni palabras para redactar esta crónica. El Sábado, en una magistral
Masterclass impartida por Javier Iriondo volví a escuchar el concepto de la
Plenitud. Creo que es una de las palabras que mejor define lo vivido los días 9
y 10 de Diciembre en Sanlúcar de Barrameda. Me sentí pleno.
Lo complicado era ahora darle
forma. Para intentar dar un poco de originalidad a la crónica y facilitar su
lectura, he decidido resumir la indescriptible experiencia vivida en forma de
lista de momentos y emociones vividas, comenzando justo en la ida hacia
Sanlúcar y finalizando en la vuelta a casa, para no extenderme más de la
cuenta:
1.- Volver a montarme en un
autobús con destino a Sanlúcar de Barrameda, algo que no hacía desde que era
muy joven y que me ha hecho rejuvenecer varios años, bastantes ya.
2.- Poder disfrutar del camino a
Sanlúcar desde otra perspectiva. Nada que ver con hacerlo en bici o en coche.
Una prueba más de que cuando cambias la forma de mirar las cosas, las cosas que
miras cambian.
3.- Llegar caminando a la Calle
Ancha y encontrar el Arco de Meta junto a la biblioteca.
4.- Saludar, abrazar y sonreír a
gente tan excepcional como Eduardo, Loli, Diego, Paco, Jesús, Rocío, Óscar,
Jona, Pablo, José Mari,…
5.- Conocer a gente que hasta
ahora sólo veías por la pantalla del móvil, como mi tocayo Antonio Prats, puro
#life, Super Paco, Ricardo Abad, José Luis, Chito,…
6.- Conocer a gente nueva como
Andrés, John, David, Paco,...
7.- Recoger ese dorsal que voy a
vestir durante las próximas casi 24 horas.
8.- Ponerte frente al objetivo de
Andrés para obtener el testimonio gráfico de que yo estuve allí y formé parte
de la II Ultramarathon de la Vida.
9.- Recibir la llamada de tu
amigo Gaby que viene desde Dos Hermanas para participar en la Nocturna, junto a
su mujer y cuñados.
10.- Encontrarte y saludar al
guerrero Juanfran y a su princesa Carmen de camino a la línea de salida, y
sentir que estás abrazando a alguien muy especial…
11.- Poder comprar mi primera
camiseta de “Donando Vidas”.
12.- Que se te salten las
lágrimas en uno de los minutos de silencio más emotivos que he vivido.
13.- Disfrutar con los videos del
inigualable Eduardo justo antes del momento de la salida.
14.- Correr por la Calzada en
dirección a la playa mientras el crack de Diego te apunta con su cámara.
15.- Recorrer las calles de
Sanlúcar junto a mi amigo Jesús muchos años después desde que lo hiciésemos
paseando cuando éramos niños.
16.- Sentir como el corazón se
quiere escapar del pecho en la interminable cuesta Belén, con el Castillo como
testigo implacable de nuestros pasos.
17.- Escuchar los aplausos y los
gritos de ánimo de un público sanluqueño entregado.
18.- Poder observar en primera
línea como tu amigo Jesús entra en meta de manos de su hija Cayetana.
19.- Pasear por plena Plaza
Cabildo un Sábado de Puente en chándal y con mi mochila al hombro.
20.- Degustar una exquisita pizza
en la Pizzeta junto a otros participantes en la prueba, y que a tu compañera de
barra le llegue un aviso al móvil comunicándole que ha quedado tercera en su
categoría.
21.- Recoger a Diego y a Andrés
en su pedazo de furgoneta a finales de la Calzada para llevarlos al Hotel.
22.- Dormir en furgoneta en pleno
Bajoguía gracias a la generosidad y hospitalidad “der nota de las fotos”.
23.- Tomar un café con leche “de
bote” en pleno centro de Sanlúcar, como solía hacer alguien muy importante en
mi vida.
24.- Conocer a María José, una
chica recién trasplantada, que después de haber finalizado la carrera nocturna
del sábado, se lanzó a recorrer 50 k. en MTB.
26.- Ver la calle Ancha
“acolapsada” de bicicletas.
27.- Cruzar dos veces el arco de
salida de una carrera con un intervalo de 13 horas, algo que no había hecho
nunca, pero que espero repetir en un año.
28.- Formar parte de la marea de
corredores que atravesaron la ciudad de Sanlúcar en dirección a sus sueños.
29.- Adelantar y ser adelantado,
como fiel metáfora de la vida misma.
30.- Contemplar el paisaje de las
salinas de Sanlúcar, e imaginar que estás corriendo junto al Perito Moreno.
32.- Correr por las marismas,
mientras el Gudalquivir te contempla.
33.- Desfilar en el horizonte
visual de una manada de ganado bovino, dando por hecho de que no son bravos.
31.- Recibir en la muñeca la
pulsera del riñón.
32.- Disfrutar en cada uno de los
avituallamientos con esos voluntarios ejemplares.
33.- Saborear los manjares en los
avituallamientos: nunca las naranjas, los plátanos, los dátiles, los frutos
secos, y los donuts de chocolate me habían sabido tan bien.
34.-Recibir en la muñeca la pulsera
del pulmón.
35.-Disfrutar por los pinares de
la Algaida, mientras tus pies se entierran en arena.
36.- Recorrer varios metros en
solitario, reviviendo momentos de mis peregrinaciones a Santiago.
37.- Recibir en la muñeca la
pulsera del hígado.
38.- Encontrar en carrera a mis
amigos Óscar y Jona, a quienes tenía
desubicados.
39.- Arrastrarme subiendo la
cuesta del Club de Golf mientras un compañero delante mía se encuentra con su
familia.
40.- Recibir en la muñeca la
pulsera del páncreas.
41.- Atravesar un “desierto”
donde decido grabar un vídeo pidiendo colaboración para la donación de órganos.
42.- Decidir compartir este vídeo
en redes sociales.
43.- Arrastrarme otra vez
subiendo la cuesta del “Reventón”.
44.- Acercarme al centro de
Sanlúcar escoltado por un Policía Municipal en moto, como si fuese cabeza de
carrera.
45.- Recorrer las últimas calles
de Sanlúcar entre los aplausos y ánimos del público.
46.- Echarme a un lado para sacar
la bandera de la Fundación Andrés Olivares del camel bag y echármela sobre mis
hombros.
47.- Afrontar la calle Ancha y
divisar al fondo el arco de meta.
48.- Volar ayudado por la bandera
en dirección a la meta, aclamado por la gente.
49.- Distinguir a mi amigo Jesús
grabando el momento.
50.- Cruzar la línea de meta,
siendo consciente de que esto no ha terminado, acaba de empezar.
51.- Recibir en la muñeca la
pulsera del corazón y en el cuello la medalla de Finisher de la II
Ultramarathon de la Vida.
52.- Recibir mensajes y llamadas
de la familia, porque gracias a Jesús, casi han vivido mi entrada en meta en
directo.
53.- Ser entrevistado por Chito
Speaker, todo un honor.
54.- Abrazar y agradecer a
Eduardo, alma máter de todo este invento.
55.- Recoger mi fotografía del
dorsal del día anterior, con una sonrisa que presagiaba todo lo que iba a
vivir.
56.- Permanecer varios minutos en
la línea de meta, asistiendo a la entrada de gente muy grande, mientras
disfruto de un bufet de frutas sin igual.
57.- Recibir la última señal de
generosidad de D. Diego Escobedo que lo arregla todo para que vuelva a casa en
familia, en lugar de hacerlo en la soledad del autobús.
58.- Poder abrazar y despedirme
de tanta buena gente reunida en un lugar tan maravilloso. Una prueba más de que
#SanlúcarEsElParaíso.
59.- Echar la vista atrás desde
la Plaza Cabildo y sonreír pensando que ya sólo quedan 364 días para la III
Edición.
60.- Mandar la ubicación a mi
amigo Kapi para que me recoja y que salga en el móvil “Pescados y Mariscos
Joselito Huerta Hijo”, esa frase típica de mi padre que tanto me hacía reír de pequeño.
61.- Disfrutar de un viaje de
vuelta a casa junto con Kapi y su familia en su todo terreno (que además había
servido de coche de la organización) con otra perspectiva diferente del camino.
62.- Llegar a casa, donde como
siempre, me esperan María, Pablo y Daniela, los que le dan verdadero sentido a
los 61 momentos anteriores.
Sólo 62 momentos (tantos como
kilómetros) de plenitud, de sentir como se erizaba mi piel. 62 momentos seleccionados
de entre una infinidad de ellos, que espero que por muy frágil que comience a
ser mi memoria no se borren de ella en mucho tiempo.
Gracias a todos los que hayáis
llegado hasta el final, porque esto ha debido ser casi tan largo como la
carrera. Ahora sí que puedo decir tranquilo que #YoSoyLife
#DonaOrganos #DonaVida
#ShowMustGoOn
No hay comentarios:
Publicar un comentario